miércoles, 10 de noviembre de 2010

· s e c r e t o

Me decís que me adorás, que me necesitás, que me querés, que me amás.
Buscás mi mirada todo el tiempo, desesperado por encontrar algo nuevo.
Ya sabes todo, ya me extorsionaste tanto que me has obligado a contarte.
A decirte lo que en verdad siento, a confesarte mis verdaderos sentimientos.
Ya nada es lo mismo, ni siquiera podemos hablar. Porque te ponés pesado y empezás a molestar.
A insistirme y presionarme, a acorralarme sin piedad.
A hacerme cada día sentir tan peculiar; admirada por ti, sentirme halagada. Eso lo aprecio, de verdad me agrada. Pero por otro lado, la situación se vuelve rara.
¿Dónde están esos viejos amigos? ¿Dónde esta nuestra amistad? ¿Dónde quedaron las memorias que ahora valen la pena recordar?
Te extraño, quiero que volvamos a la realidad. Quiero que volvamos a ser amigos de verdad.
Te quiero tanto, lo admito, soy culpable. Pero hay cosas que no puedo decir, que no puedo revelar. Me siento tan idiota, no lo quiero recordar. Esto es un secreto, no lo vayas a revelar.


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